Todavía no
Es muy probable que hayas llegado a mi web buscando un servicio de etología, pero lo descartes.
¿Por qué?
Porque es muy habitual que las personas que me contratan tengan una característica en común. Una que posiblemente tengas tú ya o la vayas a tener.
¿Cuál?
Ahora te lo cuento.
Cualquiera que tenga un perro con un problema de comportamiento (ansiedad por separación, miedo, agresividad…), sufre. Sufre porque ve a su perro pasarlo mal.
Eso le pasa a todo el mundo.
Pero además de eso, la mayoría de los que me contratan, tienen otra cosa en común.
Tienen angustia por el tiempo y dinero perdido.
¿Por qué?
Porque han probado uno, casi todos dos, en algunos casos tres o más. Han probado distintos servicios de adiestramiento, educación, etología… Sin éxito.
Por eso siguen buscando.
Porque han invertido tiempo y dinero, pero siguen igual.
Así que vuelven a empezar y, en algún momento, retoman el contacto que tuvieron inicialmente conmigo, pero no lo concretaron.
No lo concretaron tal vez porque les pareció caro (ahora ya no tanto, porque se han gastado más de lo que yo presupuesté y siguen igual que al principio).
O no lo concretaron porque fui muy claro en cuanto a plazos y les parecía exagerado.
O no lo concretaron porque no les gusté.
Lo que sea.
El caso es que vuelven.
Y yo podría decir: ahora no me interesa.
Pero no lo hago.
Que tú hayas elegido otra opción profesional entre tantas como hay, no es motivo para descartar tu caso.
No se puede ir por la vida con esa arrogancia.
Si descarto casos es porque considero que no van a tener éxito. Porque no se dan las condiciones adecuadas para que tu inversión de tiempo y dinero dé los frutos adecuados.
Pero si has buscado y comparado, y me has descartado, pues no pasa nada. Si lo solucionas por otro lado, mejor para ti.
Sin duda.
Mira qué bien.
Y cuando no lo solucionas, vuelves y trabajamos juntos, mejor para los dos.
Para ti, porque conseguirás que tu perro y tú seáis felices.
Y para mí, mejor porque me recomendarás con tanto entusiasmo, que a quien recomiendes no buscará distintas opciones.
Hablarás taaaan bien de mí que contactará conmigo para preguntarme cuándo tengo el primer hueco disponible. Sin comparar con otros.
Por eso, por mi egoísmo, es bueno si me descartas inicialmente porque crees que no soy lo que necesitas.
Cuando lees esto por primera vez, piensas que soy un sobrao.
Cuando trabajemos juntos y veas los avances en 3 meses de tratamiento, pensarás “joder, por qué no lo contraté al principio, la de tiempo y dinero que perdí”.
Lo sé.
Lo sé porque me lo dicen.
Pero no importa que no me creas, eso no tiene importancia.
Si hay algo que no hago es juzgar acciones ni decisiones.
Cuando hablemos sobre tu caso, no juzgaré si has hecho algo así o asá, mi tarea no es que te avergüences de algo de lo que te culpabilizas. Quiero que me lo cuentes, con naturalidad. No habrá críticas.
Y tampoco juzgo decisiones.
Si decides trabajar con otro profesional, no pasa nada. Todavía no es el momento para ti.
Cuando lo sea, aquí estará.
Eso sí, ten en cuenta que mi agenda me permite iniciar un caso en torno a 3-4 semanas tras aceptarlo. O sea que tendrás que añadir casi 1 mes más a los 4 meses que lleves con una terapia que no ha funcionado.
Así que no te preocupes.
Puedes elegir otro servicio ahora y volver dentro de unos meses.
Para que acepte el caso, no importa si soy tu única opción o si me descartaste anteriormente.
Lo único importante para que acepte tu caso es que yo tenga confianza en que te saldrá bien.
Y para saberlo, lo primero que necesito es que te suscribas y contestes el email de bienvenida explicando brevemente cuál es tu problema y el de tu perro.